jueves, 25 de abril de 2013

Alas de Amor (Primer Borrador)


Mis lectores, quiero compartirles un escrito muy especial para mí. Les presento el primer borrador de un ensayo histórico que escribí a los 14 años cuando decidí participar en un certamen provincial. Espero que disfruten leerlo tanto como yo disfruté escribirlo. Pronto pienso subir el ensayo original que es un poco más extenso. Saludos.
Alas de Amor”

  El amor y la tragedia se ven ligados en esta historia, la cual comienza con un matrimonio de ensueños y concluye con un corazón destrozado. Dos continentes se reúnen en un pequeño país como Italia para dar origen al mito y leyenda que, hasta el día de hoy, cautiva a los cordobeses y audaces viajeros.
  Myriam Stefford, una joven e importante mujer para la Argentina de su época. Valiente y audaz decidió conquistar los cielos en un mundo en el cual, la mujer, carecía de oportunidad.

  Rosa Margarita Rossi Hoffman, mejor conocida como Myriam Stefford, era una mujer muy hermosa y sobre todo, talentosa actriz.
  Nacida en Suiza en el año 1905, desarrolló su carrera, principalmente en el teatro de Viena (Austria), aunque también su belleza deslumbraba el cine alemán a manos del sello UFA.
  En 1928, a los 25 años de edad, la cautivante mujer conoció en Venecia (Italia) nada más que al conocido escritor y político millonario argentino (nacido en Córdoba, más precisamente en Villa María) Raúl Baron Biza, quien se enamoró profunda y apasionadamente de la actriz. Dos años más tarde, el 28 de agosto de 1930 la mujer se convertiría en su esposa en la inigualable Catedral de San Marcos en Venecia, la cuidad que había logrado unir al solitario millonario con la talentosa mujer.
  Unidos ya, en matrimonio, la pareja se radicó en Córdoba-Argentina.  Abandonando su carrera como actriz para dedicarse, a pedido de su esposo, a la aviación Myriam comenzó un curso entre los meses de marzo y agosto de 1931. Sin concluir el mismo, la joven de tan sólo 26 años comenzó a volar su propia avioneta .Convirtiéndose en una de las primeras aviadoras en la Argentina.
   Su primera meta fue unir Buenos Aires con Río de Janeiro (Brasil) y, acto seguido, participar del “Raid de las 14 provincias argentinas”.
  Tras partir de Buenos Aires, a bordo de un Chingolo I, la joven piloto debió superar dos aterrizajes de emergencia o bien llamados “forzosos”, en Santiago del Estero y Jujuy. De todas formas, con el mayor valor y audacia, la mujer decidió continuar hasta su tan ansiada y esperada meta, pero esta vez a bordo de un Chingolo II, acompañada por otro copiloto, Luis Fuchs.
  Cercanos a San Juan, sobre la localidad de Marayes, los tripulantes del Chingolo II sufrieron un nuevo accidente que desencadenaría una tragedia, la cual arrasaría con la vida de la valerosa y joven mujer de tan sólo 26 años. (Año: 1931)
  El desconsolado Baron Biza decidió construir en honor a su tan amada mujer, un monumento con forma de “ala gigante” de granito y mármol (de 82 m. de alto y 15 m. de cimentación). Aproximadamente, cien obreros polacos trabajaron bajo el mando del ingeniero Fausto Newton, hasta 1935, año en el cual se inauguró el gigantesco mausoleo.
  Este resguarda los restos de la incomparable piloto, sobre el granito un epitafio expresa: “Viajero, rinde homenaje con tu silencio a la mujer que, en su audacia quiso llegar más allá de las águilas”.
  El “Obelisco Cordobés”, como muchos lo llaman, se encuentra a orillas de la ruta provincial Nº 5 uniendo las localidades de Alta Gracia y Córdoba Capital.
  Muchos nombraron el sabotaje en ambas avionetas. Se dice que Baron Biza era un hombre demasiado celoso con respecto a su mujer, quien se encontraría enamorada de su copiloto, pero estas son suposiciones. ¿Sabotaje, mala suerte, fallas mecánicas? Nadie sabe ni sabrá lo que ocurrió aquel trágico día.
  Hasta el día de hoy la tumba de Myriam Stefford permanece cerrada con una advertencia en la puerta abovedada de ingreso a la habitación en donde descansa la intrépida aviadora: “La maldición caerá sobre todo aquel que ose profanar esta tumba” –expresa.

En esta historia de amor y misterio, muchos interrogantes permanecen activos pero nadie es capaz de desafiar la maldición del poderoso Baron Biza.
Este respetado y famoso monumento se ha convertido en una postal de abandono y olvido pero aún, en la actualidad, muchos curiosos viajeros visitan la zona para conocer y admirar este símbolo del amor y el dolor de un hombre tras el desplome de sus sueños.
Podemos pensar en que aquella aventurera y audaz alma se encuentra revoloteando allá en lo alto, más  alto aún que las mismísimas águilas y será recordada como: “Una Exótica Ave de rotas Alas e inalcanzables Sueños”.

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