jueves, 12 de octubre de 2017

Tu Huella

Esta semana paso a compartirles, no sólo nuevo material sino una linda noticia.
Los invito a leer un Ensayo Crítico sobre Medio Ambiente que escribí para el concurso literario 2017 de OAJNU, recientemente concluido, en el cual obtuve la siguiente mención especial: 

"En otra categoría, haciendo hincapié  en el buen desarrollo argumentativo , claridad expositiva y conclusión final dentro del tema, se decide una mención especial por el compromiso puesto de manifiesto :

                                                               "Tu huella" - Ana Belén Tamiozzo"

Partiendo de la ilustración expuesta en la carilla del presente, perteneciente al famoso personaje “Mafalda” creado por el dibujante Joaquín Salvador Lavado Tejón, mejor conocido como Quino, quiero invitar a la reflexión sobre el medio ambiente.
¿Qué ideas nos despierta la expresión “Medio Ambiente”? ¿Somos conscientes de la responsabilidad que tenemos sobre el mismo?
Considero que las personas, como administradores y protagonistas del Medio Ambiente que nos fue dado, tenemos que ser conscientes del uso y abuso que ejercemos diariamente sobre éste y de las consecuencias que de nuestras actitudes derivan, entre ellas, y en la cual nos centraremos es en el acelerado cambio climático incrementado en virtud del progreso industrial y la trasformación en la vida y el consumo del  hombre y de su cultura,  y la injerencia del reciclaje en dicha cuestión.
Creo firmemente que el aporte de cada persona en la reducción de su “huella de carbono” o “huella ecológica” podría, poco a poco, conllevar un cambio en la crisis ambiental que estamos atravesando, donde el cambio climático se produce en períodos cada vez menores, es decir, el cambio climático es algo que siempre ha existido y caracteriza a nuestro Planeta, el dilema se encuentra en que el proceso que antiguamente requería de millones de años, hoy se produce en el lapso de un siglo y en casos extremos inclusive puede producirse en el transcurso de décadas. 
Cotidianamente caemos en las redes del consumismo, el confort y la comodidad  ignorando el daño que nuestras costumbres puede provocar en el medio ambiente, desde el tomar extensos baños hasta el uso excesivo del automóvil, todas estas conductas producen distintas cantidades de gases de efecto invernadero que contribuyen al aumento del calentamiento global, sin mencionar el derroche de recursos naturales. El conjunto de éstos gases emanados de las diversas actividades llevadas a cabo por el hombre constituyen su “huella de carbono” o “huella ecológica”.
En la Argentina, la huella de carbono promedio de una persona es de 5.71 toneladas (tn) al año, según un reporte de la Dirección de Cambio Climático de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable. Este número es resultado de la cuantificación de las emisiones de gases producidas por el uso de energía, transporte, alimentación y hábitos de consumo y esparcimiento, entre otras actividades. La huella argentina es superior al promedio mundial (4 tn al año por habitante), pero bastante inferior a la de algunos países desarrollados como el Reino Unido (11,81 tn per cápita anuales) y Estados Unidos (20 tn). En ella, la incidencia mayor corresponde al transporte (51%), le sigue el rubro alimentación (28%), luego energía (20%) y residuos (1%). 1
Es necesario, el primer lugar, tomar conciencia de la responsabilidad y del impacto de nuestras acciones para acto seguido darles un nuevo sentido con mayor consideración para el medio ambiente y para ello, una buena herramienta es la instrucción, el conocimiento sobre el medio ambiente y la contaminación es una puerta abierta al cambio de mentalidad y de conducta.
La disminución del consumo y la extensión de la vida útil de los distintos objetos podrían representar un camino a seguir para reducir la cantidad de residuos y así, la contaminación, siendo el reciclaje una vía idónea a tal fin.
En Argentina, el reciclaje parece ser una asignatura pendiente, puesto que el 53% de la población, según indica un reciente estudio de opinión pública realizado por TNS Gallup, no conoce o conoce poco sobre el tratamiento y separación de la basura para su reciclaje y/o reutilización. Dando lugar a las estadísticas, nos encontramos con que tan sólo un 20% de la población argentina declara tener el hábito regular de separar la basura entre reciclables y no reciclables, utilizando para ellos diferentes bolsas, el 29% de los encuestados admite haber pensado alguna vez en reciclar pero que finalmente dicha acción no fue llevada a cabo, un 33% de la población sostiene una falta de interés por conocer los beneficios del reciclaje y un alarmante y peligroso 11% considera que el reciclar es poco o nada importante y un 5% no lo ve necesario. 2
Cabe mencionar también, a modo de ejemplo y para dar el primer paso en la toma de conciencia, el tratamiento de reciclaje de envases plásticos que se lleva a cabo en nuestro país, según los más recientes datos, en Argentina se desechan por día, aproximadamente, 12 millones de botellas de plástico y un gran porcentaje va a parar a basurales a cielo abierto. Ésta situación, que es parte de la deficiente cultura ambiental que padecemos los argentinos, es revertida parcialmente por Cabelma, que en la actualidad es la única empresa recicladora de botellas PET -un tipo de plástico muy utilizado para envases en nuestro país-, responsable de que se reutilice el 12,5% de las botellas.3
Para afrontar y alentar el fenómeno del reciclaje la primera pregunta a responder podría ser: “¿Cuáles son las causales que desalientan el reciclar?”
El estudio de opinión anteriormente citado pone de manifiesto que la primera razón para no reciclar (30%) es el realizar el desecho y recolección de los residuos de forma separada. En segundo lugar (17%), muchos encuestados alegaron el hecho de que nadie más recicla sus residuos y, por tanto, ellos mismos tampoco. Un 14% reconoce que no ha pensado en la posibilidad del reciclaje y un 12% apunta la mirada hacia el Estado, indicando que no existen directivas claras y concretas al respecto.
De dichos porcentajes podemos afirmar que quienes no reciclan tienden a culpar a otros más que a sí mismos, resultando totalmente indiferentes a su propia responsabilidad. Curiosamente, otro reciente estudio de dicha empresa reveló que seis de cada diez argentinos considera que su ciudad se encuentra sucia y al indagar en las causas generadoras de dicha situación atribuye la responsabilidad a los demás, opinando, en un 80% del total de los encuestados que los ciudadanos contribuyen de manera escasa o nula a la limpieza de los espacios comunes. 2
Empezando por casa y desde los más pequeños, hasta llegar a los más grandes y poderosos, podemos juntos detener y hasta revertir la actual crisis ambiental, dando paso a las vías del reciclaje y buscando la implementación de políticas públicas a favor del medio ambiente, como por ejemplo Suiza supo implementar y hoy goza de sus frutos siendo uno de los países pioneros y modelos a seguir en materia de reciclaje, reutilizando el 51% del total de sus residuos. 4
Retomando la introducción del presente, sostengo firmemente que el cambio de conducta de cada uno, desde lo más pequeño y cotidiano hasta lo más complejo y extraordinario, puede conllevar una gran mejora para el medio ambiente, quizás uno sea poco pero poco es mejor que nada y sumando “pocos” podemos llegar a ser muchos que luchemos y contribuyamos al bienestar de nuestra casa común,  de nuestro hogar que diariamente nos abraza y acoge en el día a día como una hermana protectora, como nuestra madre naturaleza.


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